jueves, 10 de mayo de 2012

24-25 de Septiembre de 1787. Inundación de Sangüesa


Inundación de Sangüesa:
Tan notoria como lastimosa fue la inundación ocurrida a la ciudad de Sangüesa en el Reyno de Navarra en la noche del 24 al 25 de septiembre del año 1787, y cuando sólo se acordaban de sus tristes acontecimientos, las que presenciaron la catástrofe, y apenas quedaron para contarlos, se publicó y vendió en Madrid por los ciegos en los días 20 y 21 de junio de este año un romance impreso que refería aquella tragedia. (Era un romance que contaba cosas falsas).
Diario de Madrid 20/11/1790

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El amanecer de aquel 25 de Septiembre tuvo que ser dantesco. Todas las casas hundidas, todos los 2900 habitantes heridos o muertos, buscando entre los escombros a los supervivientes entre los maderos, las tejas y el barro, todos los animales domésticos y de labor ahogados y las casas que continuaban hundiéndose. El Alcalde Mayor de Sos del Rey Católico, alertado por unos vecinos que se habían refugiado de noche allí, manda a una con el de Sanguesa una carta al Virrey de Pamplona comunicándole lo sucedido. Este dice que la recibe a las seis de la tarde e ipso facto la manda al Presidente de la Diputación que reúne a la Corporación al instante.

A las tres de la mañana comunica otra vez al Virrey las medidas tomadas. A su vez el Alcalde de Sanguesa contrata a todas las personas útiles, más de 100 peones, para desescombrar y limpiar las calles principales, darle salida a las aguas y sacar los cadáveres de personas y animales. Como a todos los vecinos les cogió la inundación durmiendo en la cama, salieron a la calle como estaban. Los frailes de los cuatro conventos de hombres que había y cuyas casas aguantaron porque eran de piedra de sillería, repartieron sus hábitos sobrantes entre la gente y así muchos vecinos deambulaban vestidos de frailes hasta que llegaron los refuerzos.

La Diputación nombró a D. Zenon Gregorio de Sesma, con plenos poderes para organizar la vida allí, mandó gran cantidad de víveres de todas clases, pan, abadejo, huevos, harina, y ropas de vestir y de cama que pudo reunir, así como mil doblones, para gastos. Se sacaron del Arca de las Tres Llaves donde se guardaban los dineros públicos y que se salvó de la riada, 400 pesetas para los primeros gastos. D. Zenon organizó al personal en cuadrillas al mando de carpinteros y maestros albañiles. Como madera tenían la que querían se montaron dos equipos de serradores, uno en la Galeria y otro en el Prado y de los pueblos vecinos, de Lumbier, Liédena, Rocaforte, Aibar y Sos llegó personal para ayudar a los de Sanguesa. Así estuvieron en una actividad frenética todos días laborables y festivos hasta el 15 de diciembre que se registran los últimos pagos.

Zenón dictó unas normas de obligado cumplimiento. Nombró en cada calle un mayoral auxiliado por un profesional carpintero o albañil y cada día se vigilaban las casas, hundiendo las que amenazaban ruina. Como seguía lloviendo hubo que habilitar cholas o chozas para la gente, en el foso de la muralla, en el Prado San Francisco y 25 en lo alto, en la Chola. La Diputación mandó una circular a todos los pueblos y Cendeas de Navarra para que ayudasen a Sangüesa. El Virrey al día siguiente de los hechos lo puso en conocimiento del Palacio Real de Madrid donde el Rey quedó muy apenado y el Conde de Campomanes, su secretario le contestó a vuelta de correo. Los ahogados más de 500, se enterraron en fosas comunes en el Olivar del Balate y en el Camino de Cantolagua.

Según el metereólogo de aquella fecha Francisco Javier Bariain de Eslava, el año 1787 fue muy atípico, pues llovió y mucho todos los meses del año y nevó en Mayo y Noviembre .El agua caída en el llano en la alta montaña del Pirineo fue nieve y una tormenta violenta la derritió al instante, produciendo la inundación que duró menos de tres horas y media y en Sangüesa el agua se elevó 38 pies navarros o sea 10 metros de altura. Como del piso del puente al agua del río hay 8 metros, la vista del observador hasta el monolito del Prado es la altura que llegaron las aguas, por encima de los primeros pisos de las casas.

Fuente Pedro Belascoain: Sangüesa en cuatro cifras

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La desolación y el desconcierto debieron ser terribles. Yo me imagino una ciudad fantasma con las casas rotas o hundidas del todo, las calles llenas de escombros, tejas y maderos y la gente deambulando por entre las ruinas que amenazaban hundimiento, buscando a sus familiares y amigos. Como las cuadras estaban todas a pie de calle, habrían perecido todos los animales que había en ellas, caballerías, cerdos y gallinas, mezclados entre aperos de labranza, esportizos y anganetas, pues todos se guardaban en las entradas y se usaban casi a diario. Las primeras anotaciones de actividad las tenemos en nuestro Ayuntamiento y están fechadas el 30 de septiembre y se refiere a gastos de albañiles, carpinteros, herreros y sobre todo peones. Mas de 100 personas se emplearon diariamente en estos menesteres por el Ayuntamiento y el primer cometido fue sacar los cadáveres de los escombros, tanto de personas como de animales y darles enseguida sepultura. Esta tarea se realiza sin interrupción todos los días incluidos festivos hasta el 15 de diciembre en que aparecen las ultimas relaciones de pagos por estos conceptos.

Naturalmente el Ayuntamiento se preocupo de las calles, edificios y locales de propiedad municipal, el horno, la carnicería, el molino y otros. Para los primeros gastos según se expresa el documento que adjuntamos, se sacaron 400 pesetas (850 reales sencillos) del Arca de las tres llaves, donde se guardaban los dineros públicos, pues como estaba en estancias superiores, el agua la respetó por estar situada en el primer piso del Ayuntamiento. Madera tenían la que querían pues por ejemplo Pastoriza quedó llena de maderos, muchos de ellos ya cuadrados, es decir preparados, solamente en los huertos de la Casa de París relacionan mas de 100 de todas medidas casi todos grandes, y el documento de Yesa dice que en el Balate quedó muchísima madera y en el Arenal árboles grandes Se organizaron dos partidas de serradores, una en las Arcadas y otra en el Prado.

El personal se organizó en cuadrillas de trabajadores al mando de maestros y oficiales albañiles y carpinteros y ya aparecen aquellos maestros cuyos apellidos han continuado en la profesión hasta nuestros días, Los Arcos, Güesa y otros. Asimismo los pueblos vecinos se suman a la tarea de la reconstrucción y de Lumbier, Aibar, Liedena y otros llegan cuadrillas de trabajadores, todos son pocos para poner Sangüesa otra vez en orden. Los pagos se realizan con un detalle y minuciosidad ejemplares y todos van firmados por el pagador y el que recibe el dinero y se realizan semanalmente. Hay en el archivo municipal una cantidad grande de recibos sueltos, además de relaciones nominales señalando los días trabajados cada semana y el jornal diario que cobraba cada trabajador según su categoría así como los que lo hacían con juntas de bueyes o caballerías.

Entre las casas reparadas por cuenta del Ayuntamiento en una relación figuran:
- Calle Maior 7 casas entre ellas Casa París Las Torres 4 casas
- Barrio del Estudio 7 casas
- Portal de la Población 1
- Plazuela de San Francisco 1
Fueron ejecutadas las obras por Aldunate y compañeros albañiles de Lumbier. Seguramente se trataba de obras urgentes o que sus propietarios no podían hacerse cargo de las reparaciones. Como decimos en otro apartado el Alcalde Mayor de Sos y el de Sanguesa, enviaron un propio el día 26 al Virrey y este lo recibe a las 6 de la tarde e inmediatamente lo comunica a la Diputación que se hace cargo de la situación según escrito de las 5 de la mañana. Rápidamente disponen los primeros auxilios de pan, abadejo, huevos, tocino y ropas de vestir y de cama. Envían a Zenón Gregorio de Sesma para hacerse cargo de la puesta en marcha otra vez de la vida en Sangüesa. Debió de ser un hombre de unos recursos y competencia extraordinarios, pues faltaba de todo y todavía quedaban con vida mas de 2000 personas, muchísimos heridos y enfermos, y sobretodo no tenían techo y seguía lloviendo. Zenón manifiesta que lo primero que sintió al llegar a Sangüesa, fue un hedor insoportable, por la cantidad de cadáveres que había entre los escombros.

El día 27 al día siguiente de llegar a Sangüesa, informa a la Diputación sobre lo ocurrido y las medidas que convendría tomar. La Diputación envió 1000 doblones y otras ayudas llegaron de otras partes. La primera labor fue el desenrono de las calles y de las casas. No se podía dejar a un lado tampoco los desperfectos causados en el puente ni en Pastoriza para poner en marcha los huertos. También tenían cerca ya la siembra y la vendimia que no lo podían olvidar. D.Santos Angel de Ochandategui se hizo cargo tanto de la administración de las ayudas que se fueron concediendo para la reconstrucción por distintos Organismos como de los pagos a los empleados y trabajadores y compra de materiales, yeso, clavos, canastos, etc. En el convento de San Francisco se hicieron habitaciones para albergar a las familias necesitadas. También se debió de hacer lo mismo en el Carmen y Casa de la Ciudad, según rezan los recibos de cobro. Se construyeron con el mismo fin 25 cholas, chozas o barracas, dicen arriba, luego se supone que se hicieron en el paraje que hoy llamamos la Chola.

Los materiales más comunes usados son yeso, clavos grandes de a palmo, de ponton, basteros, canastos, maromas, fierros y otros. La piedra naturalmente usarían la que tenían en la misma obra, pues no es fácil que el agua se la llevase con tanto enrono. Las casas se hicieron hasta el primer piso de piedra y lo de encima, de adobes y tapiales. Pasados los años debió de haber algún problema de competencia entre los profesionales de Sangüesa y los pueblos vecinos. Estos trabajaban en muchos casos a destajo y se iban a dormir a sus pueblos respectivos. Como no debió de quedar animal vivo, caballerías, bueyes, cerdos y gallinas, se contrataron juntas de bueyes y mulas para el transporte de materiales, maderos y escombros, pues al principio ya aparecen 20 juntas de bueyes trabajando. La mayor parte de estos animales antes de la riada estaban en la calle Población y Caballeros, las mulas en la calle Nueva, Amadores y Media Villa y los caballos en la calle Mayor.

En 1º de Octubre la Diputación manda una circular a todos los pueblos y cendeas de Navarra solicitando ayuda para Sangüesa. Con los primeros dineros que llegan se compra trigo y demás cereales para hacer una buena siembra así como legumbres para el consumo. Se publica un bando para que todos los vecinos limpien las acequias de sus huertos de Pastoriza y el camino se arregla a vecinal. La Diputación nombra asimismo a D. Santos Ángel de Ochandategui , Director General de Caminos de Navarra, para que con arreglo al informe emitido por el Sr. Zenón levante un plano para la reconstrucción de Sangüesa en un lugar elevado que la libre de las grandes avenidas del río Aragón. Éste elige el lugar de la Landa donde hoy se levanta el cementerio y procede a la ejecución de los planos. D. Santos en unión de Zenón reconocen repetidamente durante un mes con particular cuidado los edificios habitables, los quebrantados, inservibles y derruidos y nombran una Junta para que atienda a prevenir cuanto convenga en dichos edificios, ya sea su demolición o reparación, en la parte que amenace próxima ruina. Dicha Junta esta formada por el Alcalde, que será su presidente, los dos párrocos, cinco Regidores y un escribano.

En cada barrio nombran un Prior y dos Mayorales para que vigilen la conducta de los vecinos y notando algún desorden los corrijan y amonesten dando cuenta al Alcalde y en un caso pronto y repentino, podrían proceder al arresto, dando cuenta al Consejo. Estos tres vigilarán que las aguas de las calles tengan salida, reconocerán los portales de las casas habitadas, para que los desenronen, dándoles un tiempo prudencial y si no lo hacen se les aplicará un ducado de multa o diez días de cárcel. Harán hogueras de cuando en cuando para quemar despojos. Cada semana uno por uno y por separado, darán cuenta a la Junta de las novedades de su barrio. En la tarde del domingo, dos de la Junta con un albañil y un carpintero harán un reconocimiento de la ciudad por si notan algún quebranto o inclinación en los edificios deshabitados y preguntarán a los vecinos por si oyen algún ruido. También deben vigilar por si en el desescombro aparecen alhajas o efectos, que entregarán a la Junta y ésta a sus dueños. Antes de proceder al hundimiento de cualquier casa hay que vigilar si afecta a otras vecinas por medio de los peritos que nombrase la Junta.

Dicen las ordenanzas que en atención al considerable número de habitantes que vive dentro de la Ciudad y transito, de los acomodados en las Barracas, que con corta diferencia asciende a igual número, se podrán desenronar aquellas calles o callejas más usuales que le parezca a la Junta cuidando en todas del curso de las aguas. Éste se hará a jornal, en la temporada que tengan menos que emplearse, y así los pobres tendrán jornal que será pagado por el Depositario. También se prohíbe que ninguna persona de cualquier clase que sea pueda sacar de entre las ruinas, ni conducir fuera de la Ciudad, despojos de ninguna clase sin permiso de la Junta, para evitar fraudes. Se señalan para las juntas semanales, los martes a las diez y media de la mañana Otro capitulo muy importante eran los Censos que los particulares habían recibido de la Iglesia o del Ayuntamiento. Estos Censos al Quitar eran préstamos que se concedían para gastos importantes, como construcción y reparación de casas, compra de fincas y otros para volverlas de viña, etc. Nos sirve para ver el grado de endeudamiento de los vecinos. Tenían un interés entre el 3 y 5% según los casos y con garantías de fincas, en realidad como los actuales préstamos hipotecarios, pero sin fecha de amortización. Por eso todavía hay fincas que están gravadas con censos.

En Santa María había pendientes 111 algunos naturalmente desde muchísimos años antes a 88 censalistas que sumaban 11.166 ducados. En Santiago en 1840 todavía quedaban 30 en parecidas condiciones. La Iglesia modificó muchos de éstos a consecuencia de la riada, a algunos el capital, a otros el interés y en algún caso las dos cosas a la vez. Hubo mucha emigración de personas pudientes que no quisieron vivir en aquellas condiciones pero también hubo muchas familias de los pueblos limítrofes, que se instalaron en Sangüesa. La cosa quedó mas o menos igualada. De tal manera que si a los 2914 habitantes de 1877, le aumentamos los nacidos y disminuimos los fallecidos año por año, llegamos al año 1835 en que esta cantidad es similar a las que registran los libros de matrícula parroquiales de Santiago y Santa María, con lo cual la emigración y la inmigración son idénticas. La reconstrucción de Sangüesa se hizo en circunstancias muy difíciles pues a los 20 años llegaron los franceses y antes aún sus ideas revolucionarias en todos los aspectos. Tal es así que los franceses fusilan a 4 sangüesinos entre ellos a Rada y Espoz y Mina lo hace con 7, llamémosles afrancesados. Manuel Rada era sacerdote y tenía 72 años, una heroicidad a sus años.

Los barrios que conforman Sanguesa a estos efectos, son los siguientes:

RUA MAYOR
MEDIA VILLA
LAS TORRES
ESTUDIO
CABALLEROS
SAN MIGUEL
PRADO SAN FRANCISCO
OLTRA
BARRACAS DEL LLANO QUE LLAMAN DE URRIZOLA (CHOLA) CON INCLUSIÓN DEL CORRAL DE MIGUEL RONCAL Y BARRACAS DE ENFRENTE BARRACAS QUE SE HALLAN FUERA DE LA CIUDAD, CON EXCLUSIÓN DE LAS CONTIGUAS O PEGANTES A LAS MURALLAS POR ESTAR INCORPORADAS A LOS RESPECTIVOS BARRIOS.

Se encuentran a faltar , ignorando el motivo por el cual no figuran en las Ordenanzas:

LA BASTERIA
SANTA CATALINA
AMADORES
POBLACIÓN
BARRIO NUEVO
BARRIO OSCURO
BARRIO CHICO (Sto. Domingo)
PLAZA DE SAN SALVADOR

En el desenrono de los edificios se previene que los maderos sobrantes se pueden guardar en los claustros de los dos conventos abandonados por los frailes, el de Santo Domingo y el de los Mercedarios. Se señalan lugares para echar los escombros de las ruinas, para que no perjudiquen el curso del río en caso de riadas.

El día 4 de Octubre el alcalde de Sanguesa solicita de los alcaldes de los pueblos vecinos que pongan guardas en el campo para proteger las viñas. Como la totalidad de las cubas de las bodegas quedaron inundadas y llenas de barro, hubo que alquilar cubas en los pueblos vecinos y mucha uva se perdió por no poderse vendimiar, algo mas de un 30 %. En noviembre D. Santos A. De Ochandategui informa sobre la situación del puente de piedra, su reparo y la posibilidad de su traslado. En un principio ya hemos dicho que se pensó en trasladar Sanguesa a un sitio mas elevado, después en cambiar el puente a un sitio más conveniente y posteriormente la construcción de un dique de tierra mas alto que la riada y que llegaría hasta el torreón del Carmen. Se pensó en tres lugares, 1º en la Basteria, 2º en la casa del Duque y 3º en la Mediavilla al mismo tiempo que se trasladaba el puente y se ensanchaba el lecho del río. Como no había dinero para hacer estas obras, se propuso hacer un malecón o dique desde la peña existente en el camino de San Babil hasta la iglesia de Santa Maria, mas alto que la altura alcanzada en la ultima riada. En estos trabajos se emplearía mucha mano de obra a vecinal. Esta fue la solución final y por eso tenemos ese gran murallón en los Pozancos.

La reparación de las casas debió de hacerse a un gran ritmo, ayudándose unos vecinos a otros aunque fue imprescindible la cooperación de albañiles y carpinteros de los pueblos vecinos En las nuevas casas obligaron a hacer de piedra hasta la altura de 5 baras, o sea 4 metros, dentro de las murallas, de allí arriba se podrían hacer de adobes o de tapiales.

Fuente Pedro Belascoain: Sangüesa en cuatro cifras

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Al morir ahogado el Beneficiado de Santa María D. Juan Miguel Belascoain en la inundación de 1787, D. Juan Geronimo Learte, Clavero de los Beneficiados explica cómo se produjo la inundación y los daños que causó tanto en las casas como en los graneros. Se llevó el Hórreo donde estaba toda la cosecha de ese año y los menuceles, por lo tanto no hubo reparto de granos. En cuanto al vino, dice que la cosecha fue corta y mala y sólo se recogió una tercera parte de las uvas porque no había cubas para guardar el vino. También murieron los Beneficiados D. Miguel Belza y D. José Agustín de Rada. Por lo tanto explica el reparto entre los sobrevivientes y Ausencieros con detalle de todos los gastos habidos, en varias páginas. Aumentar el archivo.

Fuente Pedro Belascoain: Sangüesa en cuatro cifras

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